Ricardo Serna G.

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SOY FRACASOS   ¡Y SI MUERO MAÑANA!

LEÑA PARA MI FUEGO

DESPUÉS DE CINCUENTA AÑOS

 MI CANCIÓN

CON LAS MANOS AMARRADAS

TUS PALABRAS, SEÑOR, DESPIERTAN EN MI BOCA Noche de cielo: estrellas para siempre PIES DE BARRO Lluvia de sangre MUÑECA ME ALUMBRARÁ EL SOL A MEDIANOCHE NUESTRA HISTORIA
MI PUEBLO Hoy sólo pienso en tu muerte  LOS OJOS DEL AMOR HABLAN ¡NO ME PREGUNTES MÁS! Y A PESAR DE TODO TIENES LAS MANOS VACÍAS LA FOTOGRAFÍA (1946)

 

 

 

 

 

 

LA FOTOGRAFÍA (1946)



La fotografía entre los recuerdos perdidos

El tiempo revive y hace señales desde un rincón

[de luz,

Entre un silencio y otro

El aire se pasea por sus labios,

Sonrisas, seriedad y sorpresa;

(¿Dónde estaremos en esta noche, en aquel pensamiento,

De música que devoraba la esperanza!)

Sólo yo no tenía conciencia,

Mis dos años de edad miraban al infinito dormido,

Jugando con el hijo de mis nuevas palabras.



¿A qué días podré referirme, al sonreír del alba,

O a los mágicos aleteos de las mariposas de ojos cerrados;

A qué remoto canto de vuelo antiguo

O a la silla vacía y llena de amor?

La fibra del espíritu llama—los padres y los hermanos

[han escapado al bosque del adiós—

Partieron con la fe en sus manos, y en sus ojos

Escribieron las cartas del mañana,

Abrazaron la lámpara para el viaje

Y dejaron su sangre en los pechos ansiosos:

En el castillo del sufrimiento, cálida sonrisa,

Luz en la noche, la mesa se ha roto,

El final fue el principio……………..

(Caminos abiertos, con la serenidad de la plegaria,

Inmóvil, con aromas de ausencia,

Amor encarcelado, sueña que nunca

El cielo y la tierra partirán para siempre)

En los jardines de su alegre recuerdo, las lágrimas

[quieren hablar,

Manchar el rostro de lo imaginario, lluvias de mares

Y vientos envuelven, reviven, retumban en el corazón,

Matando a golpes las señales del dolor:

(Mis ojos danzan con una pluma, un papel

Y un tintero con voces invisibles del alma)

Fluye el agua de la felicidad,

Bebe el canto del beso,

El brillo se derrama como música del cielo

Bañando la mirada congelada del amor.



En recuerdo de mi familia.



febrero 2004
 

 

 

 

 


 

TIENES LAS MANOS VACÍAS


]

Tienes las manos vacías

de cosas nunca guardadas

delirio de amores y caricias

acomodadas en la nada

del alma del olvido

con sus amigas preferidas:

pobreza y abandono.



De tiempos húmedos en su fuente

bajo su melancólica espera

durmiendo la lluvia del otoño

con sus rosas de dolorosa amargura.



De tierras lejanas el canto de la distancia,

sensación de sonrisas perdidas en el aire,

dolor disfrazado de abundancia

con huida de lágrimas con alas.



De amaneceres cercanos a los quebrantos,

toque de belleza, resplandor atormentado

nacimiento de un eslabón de las cadenas,

cárcel, jilguero sollozante en destierro.



 

 

 

 

 

Y A PESAR DE TODO



Y a pesar de todo calladamente lloramos,

Las pestañas quitan las nubes sedientas,

Esconden las huellas de los secretos distraídos.

Es como locura en el mundo de la amargura,

Es como trance cabalgando en sus gritos

Hasta completar mil palabras moribundas;

Es que, duele sin matar el surtidor de las heridas.

Porque el cuerpo se desgarra en pedazos,

Se hunde en la injusticia de la noche;

Y su terca fantasía de carnavales

Espera otorgar el artificio que atesora:

Miradas de aguaceros colores de su tierra.



Y a pesar de todo calladamente lloramos,

La fuente de los ríos lentamente desaparece,

Y se oye disfrazada de sombras hechizadas.

Pero la calma abre la lejanía

Gestándose los caminos de lumbres invisibles

Hasta llegar al plato del mendigo cansado;

Es que, duele sin matar el surtidor de las heridas.

Porque la furia del divorcio de la noche y el día,

A fuerza de querer morir con su misma espada

Toma firmemente la empuñadura

Del montón de hojas del recuerdo

Con máscaras de funerales de la vida.



RICARDO SERNA G.

 

 

 

 

 

 

 

¡NO ME PREGUNTES MÁS!



“¡A lo que vine! ¡No digas nada más!

Tomaré solamente tu placer,

un poco de tu tiempo malvado,

las flores fantásticas de tu río azul,

amamantaré los minutos calentando el rojo dolor

y el cuerpo con piel de tu suave mal;



y el esqueleto tomará mis pequeñas brazas desnudas

y grandes alientos vestidos de secretos de mar,

volarán las palabras no dichas

más allá de los cielos perdidos,

olas de fuego quemarán los restos de mis gritos

fundiéndose en el torbellino de tu pasión”


RICARDO SERNA G.

 

 

 

 


 

 LOS OJOS DEL AMOR HABLAN




Allá donde la vida es blanca y las cosas sencillas,

donde las palabras son muchas

a pesar que el cofre de los sonidos esté

[cerrado todos los días:

los ojos del amor hablan

con vientos del corazón

comparten en sueños la dulzura infinita

entre dos almas y una pasión;



donde las gotas del rocío de la felicidad

recorren lentamente el rostro en las sombras

[de la distancia,

ocultas de la mirada de su universo:

los ojos del amor sufren

ninguna luz se levanta en la madrugada

a besar el fuego de su canto,

su boca está seca de esperar;



donde los muros apagan suavemente

el perfume que aprieta los recuerdos

deteniendo el nuevo paisaje del viajero ocasional:

los ojos del amor lloran

y, a menudo sangran ausencias

promesas no cumplidas

deseos profanados por el porvenir;



donde un día es una eternidad

y un minuto una vida sin amar

ahogando el agua de su dolor:

los ojos del amor duermen,

poco a poco morirán en la noche,

en el trágico encanto de su veneno

acariciando los ojos de su amante.


 

 

 

 

 

Hoy sólo pienso en tu muerte



“Lo que tú sientes, hermana, siento”





Hoy sólo pienso en tu muerte,

En el tiempo que abrió mi huída:

No sé como existo si no estoy conmigo,

No sé como no existes si estoy contigo.



Las nubes y el aire respiran mi pena:

Cuarenta ocho años fueron pocos para entregarte mi vida,

Ni un instante dejó, inmensamente, de ser tuyo;

Fluye, nada se mueve, ni los recuerdos en el paraíso.



Tu voz duerme el viento de mis días,

La noche al caer la tarde,

El ave danza en las sombras en medio de la luz de la luna,

Dos torres, mi cama y mi sueño, sufriendo.



Las lágrimas abren silenciosas el cofre de los tesoros,

Algo cae en los espejos de mis entrañas,

El río se conmueve con la lluvia de estrellas

Y en un gran silencio de espera nace el nuevo día.


 

 

 

 

 


 

MI PUEBLO


Después de cincuenta años,

los recuerdos y personas idas,

los siento mejor ahora, están repletas de sentimientos;

y desde este día abro mi puerta

al polvo de mi sueño:

cada mañana ayer vivido,

cada aurora más firme de esperanza,

en mi memoria me miran

formando una sola imagen de tranquilidad y ternura:

es el pueblo de mis amores:

caras de bienvenida,

la casa de mis primeros años,

los lugares de mis juegos,

los amigos de mi infancia,

las primeras palabras de cariño,

los siento mejor ahora, están repletas de vivencias;

y desde este día abro mi corazón a las voces y sonidos de mi mente:

todo era alegría,

mi viejita adorable

se asomaba en un rincón de la cocina,

y se escuchaba en los árboles del patio

a las blancas palomas acompañando

con su canto su duro trabajo del mediodía;

el pueblo quizás ni se movía,

era parte del silencio,

sólo los perros y los gatos caminaban lentamente por la calle

esperando el primer momento de la tarde;

cada hora tal vez vivía

el bullicio de los muchachos regresando de la escuela,

el ir y venir de la gente,

lo siento mejor ahora, están repletas de verdaderos cariños;

y desde este día abro mi alma a mi pueblo:

canto, lloro y sonrío,

no es porque lo he perdido,

es tan sólo que sin él ahora siento frío.



RICARDO SERNA G.
 

 

 

 


 

NUESTRA HISTORIA

¿RECUERDAS?
 
Papel manchado, estás implacable donde
[duermes,
no hablas pero sueñas que te escriben
[con sangre su dolor,
que el último suspiro yace suspendido
más allá de las palabras vertidas,
en el fondo de aquella letra, sorda, muerta
por la atroz desnudez de su verdad:
esconde lo que bebe mientras vive:
la copa llena: alegría ahogada en el recuerdo
[de su necedad;
vino que borra el fruto del bien, como sombra
[quedará;
luna que guarda la paz, blanco velo del cansancio
[de la edad;
canto por el amor inspirado, aquel mundo secreto
[del adiós;
látigo asesino, tan cerca y tan lejos, crucificando
[el espíritu creador,
sufrimiento de su propia estación, desgraciado
[corazón.
 
RICARDO SERNA G
CAMBIEMOS
NUESTRA HISTORIA

 

 

ME ALUMBRARÁ EL SOL A MEDIANOCHE

 

Me alumbrará el sol a medianoche

En el suave sueño que el corazón vive

Y alzaré la copa de los días festivos

Cantando de nuevo los caminos en calma;

 

Sonreiré  ante los amargos desiertos

Construyendo sencillos y amables rostros,

Lanzando cosas pequeñas infinitos regalos,

Grandes misterios escuchando la voz de los

[bienaventurados;

 

Volverán las historias silenciosas

A gritar las sagradas palabras de alegría,

A llorar en la cascada de rosas blancas

Las imágenes de soledad bailando los encuentros;

 

Amaré persiguiendo la dicha con sus colores

En el reino de los tesoros compartidos

De los amigos de los ensueños y las realidades

Desenterrando raíces de cualidades y valores.

 

 

 

MUÑECA

 

Muñeca, eres la flor de mis ternuras,

Perfecta rosa de linda mirada,

Amada mía, mujer de mis hogueras

De viña florida fruta granada.

 

Chiquilla, eres el sol de mi futuro,

Que sueño, siempre te sueño conmigo,

Que sueño, dulce suspiro seguro,

Del grito, cálido que duerme contigo.

 

Reina, romance de miel de mis besos,

Despierto linda con un gran te quiero,

Claro terciopelo fiel de mis brazos

De fuego ¡mira! Por ti casi muero.

 

Fruto, amor de mi rica entrega,

El fresco aroma fuerte llega

Manos de casi estrellas del cielo

Al tocar como una canción mi pelo.

 

Chiquilla, eres el sol de mi destino,

Mi Reina flor de los claros colores,

El sueño dulce caricia divina

En dulce miel de los finos amores.

 

Fruto, amor de mi rica entrega,

El fresco aroma fuerte llega

Manos de casi estrellas del cielo

Al tocar como una canción mi pelo.

 

 

Lluvia de sangre

 

 

 

Las palabras que cubren el espacio no llegan

[a llenar la indiferencia:

Como el cristo crucificado he visto al hombre morir:

La oscuridad es más densa que los gritos,

Y el ruego se desnuda dentro el corazón de piedra.

La luz y la respiración dejan caer sus párpados

Y por un instante mueren gastando su lenguaje:

El niño ha roto su inocencia

Y el mundo no tiene espejo, memoria ni olvido,

Mientras la lluvia de sangre persiste.

La vida, la suplicante vida

Que no es llanto sino rodillas en la tierra,

Santuario de inventos del metal y odio,

Estocadas de silencio, presidio y lágrimas en suspenso,

Siguen su curso en espera de la aparición del árbol

[y el pájaro de la noche:

Horas, láminas de imágenes, remolino, recordándonos

[la vida verdadera.

 

PIES DE BARRO

 

No sabes (más bien lo tratas de olvidar)

qué cosas o mentiras se acumulan

y mantienen el alma manchada

(tal vez parece hierba seca hoy encendida)

de deslices que se han ido,

algo queda ( están más vivos que lo nuevo)

que nutre el remordimiento y el sueño,

y continúan (parecen espinas enterradas)

dando señales en medio de tus males;

así lo sientes, te sobresalta

(te dan ganas de no haber nacido)

porque te llevan y te traen y no te dejan

respirar aquellos momentos de inocencia,

hay sólo espejismo oscuridad en tu día

que abre grietas, rendijas

(augurio de tu próxima  partida)

de esta vida de ahora;

no sabes por qué te amarran mientras te mueres,

será que no quieres romper tus lazos falsos

(no hay miel, ni flor, ni hambre, ni verdad, sólo un vacío)

que aprietan en tu alma, mientras tú mismo

sigas hincado bajo sus redes

(alza los pies de barro con tu voluntad serena)

Ricardo Serna  G

 

 

 

 

Junto a mi corazón estás tú, igual que yo: como una rosa 

En mi alma abierta ante Dios: gracia y amor.

 

Oh esta verdad, amada, donde nos besamos sin parar

Nosotros: Rosas,

Del jardín de las flores.

Más hermosas como nunca. Más cerca. Más y más.

 

Pétalos que se funden en el calor de la vida que brilla

Dentro y en el fondo de nuestra noche de cielo :

[estrellas para siempre

 

 

 

 

TUS PALABRAS, SEÑOR, DESPIERTAN EN MI BOCA

 

 

La  luz ha descendido mientras las estrellas nos observan,

Transformándose en palabras en pleno torbellino de imágenes:

Abiertas que oímos acariciar el cántaro de la sed:

Filamentos espirituales – las verdades-

Que despiertan en mi boca:

Oímos la desesperación y la suave respuesta,

El callar que lo retiene el vacío y la voz del amor,

El dolor abriendo sus ojos y la fuente bañándonos de claridad;

Echamos la red y el aliento se llena de Universo:

En el mar de los cantos errantes,

Más allá de la memoria infinita,

En las alas del sueño inicial,

Donde el color es simplemente azul

Con la erupción del Ser,

El lenguaje maravilloso,

Los vientos envolviendo todo,

Acariciando y penetrando,

A los ojos cerrados y bocas vacías.
 

 

 

SOY

 

SOY  la fotografía del adiós, y del recuerdo,

              [y los minutos cerraron los pasos para siempre

              y la voz de la palabra que dejó quieta la esperanza,

              la edad, el reclamo y el amor.

 

Mientras tú sigues tu marcha, bajé a mi manantial de mi

                                                              [conciencia,

        lavé suavemente la realidad de mis errores,

        los pecados, secretos enredados en los miedos,

        los olvidos causantes de las soledades

        y esa sensación de abandono que no deja de

                                                  [atormentarme.

 

Y tú, vas por otros caminos que no terminan en nada

                                    [y que no abren sus ojos,

        que no tienen escapatoria, con martirio lejos

                            [iluminando aceros en el corazón,

        siguiendo el vagabundo, hallando por azar la historia,

        la víctima, el actor principal torturando su cama

                                                              [desierta.

 

Y yo, estoy tranquilo, amaneciendo, anocheciendo,

        en mi paraíso, con luces, sin luces,

        sin sangre, tocando el aire suave de la eternidad,

        con una fantasía en suspenso en el tiempo

        sin miedo de perderlo.

 

Eres, cosas vivas con apariencia de rosas marchitas

        arrastradas por la corriente de vinos amargos,

        cuando suenan las hojas muertas disfrazadas

                                                [de claro de luna,

        bebidos por los restos de tierra en el aliento

                                                  [de la despedida.

        

Soy, todo oídos en la hora de las horas,

         sin sueños malos, huérfano y viudo a la vez,

         ojos en llanto sin canto de lluvia,

 con un poco de polvo hacia el  infinito [azul                                          

 

 

 

 

FRACASOS 

  

Hay en mi interior cosas dormidas,

cuando penosas tragedias quedaron asustadas

                            [casi al final de mis fracasos:

se trata del olor del silencio y de                            [cenizas de antaño,

de escándalos de aquel polvo que no se

                [ pudo lavar en la mañana,

de aquel beso que desapareció por

                        [ausencia de caricias;

aguas y tormentas inclinadas a mis horizontes,

vinagre en los callejones y caminos de mi casa,

del rincón desierto, inmóvil ante mi mirada;

hormigueros cayendo sobre mi pecho,

flores que no estaban en su sitio,

rompimiento de las promesas eternas.

 

A la deriva, recorrí toda mi vida, cuando la

                            [felicidad me ocultaron,

quedaron en mis hojas de mi diario

                         [impreso mis fracasos:

todos los días estrellándose en mis

                          [ojos como pesadilla,

allá viene el invierno, sin pasar

                                 [ por la primavera;

y caminé con mis pies de barro todo

                       [ un medio siglo,

 

¡quién diría! Levanté mis manos al cielo

                            [en busca de alivio de mi fatiga;

siempre en medio, la pared de escasa nobleza,

difícil de escapar, de su terrible franqueza.

Desearía beber desesperado un poco

               [el licor de los labios del descanso.

 

¡Cuántas esperanzas de triunfo en mi alma,

                      [cuando sus voces nunca llegaron!,

quedaron dormidas como premio

              [ de mis fracasos:

no son mis manos, ni mente fuente de regalos,

son palabras caídas apiladas

                 [sin corona,

mal vestidas,

con lluvia de tristezas,

cantos contenidos,

fuego de tormentos recibidos

               [ golpeando los sueños;

no es mi estrella, ni mi suerte

              [ fuente de milagros,

son islas contenidas en el espacio,

perdidas en eterna angustia

rogando salir de su abandono.

 

 

RICARDO SERNA G.

 
DE MI LIBRO: LABERINTO

 

 

 

 

 

 Y si muero mañana estaré preparado

con mis cosas más importantes,

tendré en mi mano la cruz

de mis cielos que tejerá la luz

de mis primeras y últimas palabras;

que sonará el reloj de mi campanario

donde la hora de mi primavera,

volverá victoriosamente coronada

de azul encanto, infinitamente acompañarme;

guardará la fábrica de sueños en su momento,

tendrá en mi casa el refugio seguro,

y abrirá mis ojos por última vez

para contemplar el rostro de mis amores;

la llevaré a mi boca para besarla

con encendido entusiasmo

y rezar con alegre sentimiento

mi despedida y encuentro.

 

¡Y si muero mañana ....!

 

 

 

 

 

LEÑA PARA MI FUEGO

 

 

 

Claro aroma a hierba entre mis éstos y aquellos,

a madera cuerpo girando en mis misteriosas raíces,

en la redondez de mi polvo ardiente

junto a mis manos muy lejos de la nieve;

pero no es para siempre,

el canto del gozo pronto dormirá en la espera

y llorará que de nuevo se exciten las llamas del fuego.

 

 

No hay heridas que sangren olvido,

sólo quiero que mi árbol se queme

en eternos mismos infinitos inciensos:

sólo el olor a las ramas de olivo,

a las hojas en constante vuelo

cubriendo los sueños en flores del paraíso

y a la dicha de verde oliva.

 

 

Hay un calor de sufrimiento negativo

en el aire toneladas de humo

seguidas de dos figuras abrazándose

que empieza a ser el cielo acostándose

en pleno día,

sembrándose hasta la función quieta

y sin ruido apagando una a una las estrellas

que con nuestras bocas habíamos prendido. 

 

 

 

 

 

DESPUÉS DE CINCUENTA AÑOS

 

 

Es el tiempo, no sé qué recuerdos, agujas ensartadas,

las miro bajo mi apagada veladora,

rogando a mi Dios al final, ya cansado.

 

Recuerdo:

el llanto de mis niños en sus juegos,

porque su inocencia, con sus lágrimas,

limpiaba mis desvelos

borrando de un plumazo mis preocupaciones.

Brillantes anhelos, si me dieran sus estrellas,

podría, no digamos robarlas para siempre,

¡hubiera disfrutado un poco de sus mieles!,

seduciendo mis negros cementerios;

 

el “te quiero”, riqueza de golpe,

martillo suave para el corazón,

minutos eternos de luz,

borrando de un plumazo mis dolores.

Suaves perfumes, si me dieran sus fragancias,

Podría, no digamos embriagarme para siempre,

¡hubiera disfrutado un poco de su olor!,

seduciendo mis corrientes de amor.

 

  

Exijo:

levantar todas mis muertes

de sueños truncados,

preparar la primavera a mi edad;

sacudir las arenas de mis bolsas olvidadas,

dejar correr la corriente de mis polvos mojados,

las dolientes tinieblas ciegas,

las enmarañadas angustias de mi corazón,

los grises pecados del hastío;

arrancar las raíces enterradas,

matar el silencio con un solo golpe,

cortando el innoble superviviente,

el dolor;

caminar en las verdes praderas,

espantar las sombras de las desdichas con alegría,

podría, no digamos ganar para siempre la gloria,

¡sólo disfrutar por un instante su cara!,

seduciendo al ruiseñor de la felicidad.

 

 

 

 

 

 

 

 MI CANCIÓN

 

  

No a la guerra de hombres contra hombres

un río rojo como olvidos y muertes de simples números,

y no, ni pongan a Dios como su bandera delante de la trinchera,

ni griten venganza para limpiar la sangre con la sangre

coleccionando cadáveres y escombros;

y no, ni pobreza y hambre que vemos desde fuera

como una fotografía perdida en nuestro armario,

y no, ni digan que debemos estar en este baile,

ni la fiesta es una demostración de explosiones

necesarias para llegar a nuestro destino.

 

No a la guerra de dolores y terrores unas lágrimas cayendo

como lluvia y derroches de odios y confusiones,

y no, ni dolor avalancha cegadora extendida en la tierra,

ni matemos nuestra historia firme esperanza

limpia esportiva esparcida por nuestro Padre;

y no, ni nos vamos, ni nos lleven a revivir

los quitasueños en un limo de temores,

ni aceptemos la falange como reyes de nuestra defensa

a nuestra vida azorada impasible al dolor;

y no, ni queremos el preludio de este final

grima que nos arranca de la verdad,

ni cerremos nuestra alma a la oración:

¡sí, no a la guerra, no al odio y al dolor,

Dios escucha nuestra canción!

 


 

 RICARDO SERNA G

DEBEMOS VENCER CON LA PAZ A LA GUERRA

 

 

 

 

 

 

CON LAS MANOS AMARRADAS

 

Hace como diez años después que no he podido salir de mis recuerdos de ahora, que las raíces de mi árbol han amarrado mi madera y no han dejado hacer ni siquiera fuego y humo pasajero de los caminos del mundo. Prefiero ahora ser pez del mar, vivir en las profundidades plenitud vitrina de cristal, perdido con las perlas vivas de la eternidad, para arrancar ese corazón solitario amarrado con sus rejas invisibles de antaño. ¿Cómo salir del destino sin morir aún viviendo?

 

  

Hace como diez años antes que no he podido salir de mis sueños del mañana, que los hilos de mi cielo han amarrado mis pensamientos y no han dejado hacer ni siquiera carne y hueso en un rincón fuego plenitud dorada frescura fuerte pincelada de la vida. Prefiero ahora ser simplemente arena, paz de los mares, caricia de la luna, huésped de la fortuna, amarrado a la puerta de los lamentos. ¿Cómo salir del destino sin vivir aún muriendo?

 

 

 

 

 

 

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